Laberinto y Catábasis

Las referencias mitológicas abundan en Sexto Panteón . Tal como la catábasis* de Orfeo, bajando las escaleras uno empieza un viaje iniciático. La organización subterránea de la necrópolis invita a un descenso físico y espiritual hacia al Inframundo, reino de la Muerte. Abajo el viaje sigue dentro de un mundo laberíntico hecho de galerías de nichos funerarios.

*Según la antigua tradición griega, una catábasis es el descenso realizado voluntariamente por un hombre vivo en el reino de los muertos.

Giovanni Battista Piranesi, Prisiones imaginarias (1745-1760) - Gustave Doré, Dante Alighieri, Inferno Canto III : Llegada de Caronte (1861)

Gustave Doré, Dante Alighieri , Inferno Canto X (1861) - Gustave Doré, Dante Alighieri, Inferno Canto VIII : Styx Phlégyas (1861)

Ciudad de los Inmortales

 
 
 

“Antes que ningún otro rasgo de ese monumento increíble, me suspendió lo antiquísimo de su fábrica. Sentí que era anterior a los hombres, anterior a la tierra. Esa notoria antigüedad (aunque terrible de algún modo para los ojos) me pareció adecuada al trabajo de obreros inmortales. Cautelosamente al principio, con indiferencia después, con desesperación al fin, erré por escaleras y pavimentos del inextricable palacio.

Este palacio es fábrica de los dioses, pensé primeramente. Exploré los inhabitados recintos y corregí: Los dioses que lo edificaron han muerto. Noté sus peculiaridades y dije: Los dioses que lo edificaron estaban locos. Lo dije, bien lo sé, con una incomprensible reprobación que era casi un remordimiento, con más horror intelectual que miedo sensible. A la impresión enorme de antigüedad se agregaron otras: la de lo interminable, la de los atroz, la de lo complejamente insensato. Yo había cruzado un laberinto, pero la nítida Ciudad de los Inmortales me atemorizó y repugnó. Un laberinto es una casa labrada para confundir a los hombres; su arquitectura, pródiga en simetrías, está subordinada a ese fin. “

Jorge Luis Borges, El inmortal, publicado originalmente en El Aleph (1949).